Sabemos lo que es un airbag y sin embargo, ¿conocemos su funcionamiento, qué partes tiene o qué tipos existen? Aqui le damos algunas pistas acerca de este dispositivo de seguridad con el fin de que pueda exigir calidad y seguridad de hoy en adelante a la hora de adquirir un nuevo vehículo.

El airbag no es más que una bolsa (normalmente de nylon) o globo que se hincha rápidamente en caso de accidente, concretamente en 30 milisegundos. Consta de un módulo que contiene la bolsa (está plegada y se despliega por la presión del gas) y el generador de gas (contiene los gases que llenan el airbag mediante una chispa), y se sitúa en el volante del coche y en el salpicadero, bajo la guantera, aunque además de frontales —los más comunes—, también los hay laterales, de cortina (colocados en la parte interior del marco del coche), traseros y de tipo air belt, colocados en el cinturón con el objetivo de reducir el impacto y la presión sobre la caja torácica.

El airbag evita el impacto del conductor o de los ocupantes contra los elementos duros del vehículo, absorbe parte de la energía cinética del cuerpo en caso de choque frontal, protege a los ocupantes de un impacto contra el parabrisas y disminuye el riesgo de lesiones cervicales. El sistema se compone de detectores de impacto situados normalmente en la parte anterior del vehículo, la parte que comenzará a desacelerarse antes en caso de colisión, y que determinan la violencia del mismo para activar o no el airbag. Cada vez son más los vehículos que disponen de sensores distribuidos en los laterales, de manera que no se produzcan errores en su activación.

El sistema se pone en funcionamiento cuando el coche choca frontalmente contra un obstáculo (lateralmente si el vehículo dispone de airbags laterales en las puertas o en los asientos), en ese instante, el generador de gas se dispara y el gas (nitrógeno) entra en la bolsa tras una reacción química, frenando al conductor que, por la inercia, se desplaza hacia delante. Cuando la cabeza y el tórax chocan contra la bolsa, el gas comienza a escapar, en ese momento el conductor se desplaza hacia atrás y la bolsa se vacía. El humo y el polvo de los airbags pueden causar irritación de la piel y los ojos.

Hoy en día, todos los coches disponen de al menos un airbag frontal que protege al conductor en caso de colisión violenta y también precisa de un mantenimiento y recarga del mismo cada 10 o 15 años, dependiendo del vehículo.

Ahora que sabe más acerca del airbag, no olvide contratar su seguro de automóvil. Contáctenos, será un gusto asesorarle.

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artículo publicado originalmente en www.rastreator.com